La droga más peligrosa de la historia, la cocaína del siglo XXI, un veneno, el nuevo tabaco. Son algunas de las frases alarmantes que se están utilizando últimamente para alertar sobre los peligros del azúcar, que actúa en el organismo como una droga, con un elevado potencial adictivo provocado por la enorme secreción de dopamina que actúa sobre el cerebro estimulando una ingesta posterior. Es decir, cuanto más azúcar tomamos, más ganas tenemos de volver a tomar.
El alto consumo de azúcar puede provocar el deterioro de las cavidades dentales, diabetes, obesidad, esteatosis hepática, insuficiencia renal crónica, hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, disfunción cognitiva, malnutrición y gota, entre otras enfermedades. Cada vez más estudios relacionan el alto consumo de azúcar con el cáncer.
Actualmente podemos encontrar azúcar en casi todo. Está presente en los alimentos más insospechados, como el tomate frito, jamón cocido, pizzas precocinadas, mayonesa, sushi, cerveza sin alcohol, pan o barritas energéticas, incluido alimentos publicitados como naturales o sanos. Y es que el azúcar, al crear adicción, fideliza el consumo de los alimentos. La industria nos quiere “enganchados” a sus productos.
El alumnado de 3º ESO de PMAR ha realizado un estudio del sobre la cantidad de azúcar que contienen los refrescos que solemos beber, por qué son adictivos y los efectos perjudiciales que tienen para nuestro organismo. Para ello han investigado y recopilado información, han pesado la cantidad de azúcar que contienen depositándola en bolsitas trasparentes, elaborado carteles informativos que han distribuido por el centro y, por último, han expuesto todo lo aprendido a compañeros y compañeras de otros cursos.
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