jueves, 28 de febrero de 2019

Mamíferos carnívoros en Los Alcornocales

El 27 de febrero, el reconocido naturalista Francisco Javier Gómez Chicano ofreció una interesantísima conferencia sobre los mamíferos carnívoros del término municipal de Los Barrios. 
Gómez Chicano está realizando un estudio (basado en la utilización de la técnica del fototrampeo) sobre las diferentes especies de mamíferos carnívoros y su distribución en diferentes zonas del Parque Natural de los Alcornocales.
A la conferencia asistió todo el alumnado de Forestales (GFMN, ACMN y FPB).

viernes, 22 de febrero de 2019

Ciencia en tu cocina. Proeducar 2019

Durante un trimestre, el alumnado de 3º y 4º de ESO ha participado en el programa Proeducar. 
Han cocinado, investigado en el laboratorio, participado en mesas redondas para formarse e implicar a la comunidad, realizado charlas para difundir sus conclusiones, han documentado y filmado las actividades...
Aquí os dejamos un vídeo que acaban de editar los alumnos/as de 4º de ESO como resumen de las distintas actividades y colofón de todo lo realizado en este intenso trimestre.

martes, 12 de febrero de 2019

Juego con la Ciencia ¿Cómo hacer un aerodeslizador casero?

Si te gusta hacer carreras y en casa tienes un CD viejo, te propongo que hagas un vehículo fácil y muy entretenido con el que podrás jugar y divertirte.
Se trata de hacer un aerodeslizador, igual que han hecho esta semana los alumnos del taller “Juego con la Ciencia”. 
Necesitas materiales que seguro tienes en casa. Pídele a tu madre o a tu padre que no tire el tapón del jabón líquido de fregar los platos (tipo válvula), ya que será imprescindible para nuestro vehículo. ¡No seas impaciente y no lo cojas hasta que se acabe el bote!  Puedes encontrar este tipo de tapón, también, en algunas botellas de agua. 
Consigue  además un globo, cinta aislante y pegamento rápido o silicona caliente.
El procedimiento es el siguiente: pega con pegamento el tapón, con la  válvula abierta, al CD, justo en el centro, y asegúrate de que queda bien pegado. Coloca un globo sobre el tapón y envuelve bien con cinta aislante la unión de ambos para que no se salga el aire. Este paso es importante que lo hagas bien. 
Ahora, solo queda inflar el globo y dejarlo sobre una superficie lisa. ¡Ya verás cómo se desliza! Se seguirá moviendo hasta que se salga todo el aire del globo. ¡Incluso es capaz de bajar los peldaños de una escalera!

Si compites con tus amigos, ganarás si tu globo es el que está más inflado y mejor sellado. ¡Suerte!

domingo, 10 de febrero de 2019

El gen Sklodowska (mujer y ciencia)

Hace unas décadas, era impensable que la figura de un médico no fuera masculina. Hoy en día, el ejercicio de la profesión médica se reparte de forma bastante equitativa por géneros. Hace años que la mitad de los licenciados en Química son mujeres, igual que en Matemáticas o en Biología. Sólo el cómputo de las Ingenierías y Arquitectura se muestra como mayoritariamente masculino, con una diferencia de 3 a 1.
https://www.instagram.com/teijihayama/
El género empieza a pesar conforme se avanza en la carrera académica. Ambos sexos se mueven en igualdad de términos (cuando no, un mayor porcentaje de alumnas matriculadas y egregadas), hasta que llega la contratación. El primer corte viene con la titularidad (60% hombres, 40% mujeres); y el segundo, con la cátedra (atención: 80% hombres, 20% mujeres). Esas son las cifras del techo de cristal de la universidad española. En el CSIC, el total de profesores de investigación (categoría superior) que son mujeres apenas llega al 25%. Según la Agencia Andaluza del Conocimiento, el índice de techo de cristal de la mujeres investigadoras en la comunidad autónoma está en un 1.88 sobre un máximo de dos puntos –y no griten demasiado: la buena noticia es que, hace seis años, estábamos en un 1.96–. A nivel europeo, las mujeres –indica el último informe She Figures– están infrarrepresentadas entre los investigadores (33%), y sus contratos son más precarios. Traducidos a diagrama, en fin, los datos tienen forma de tijera a partir del doctorado y la contratación.

El tornillo de la tijera –como en tantos caso, pero aquí, definitivo– suele ser la maternidad: “Sí es verdad que ese es el momento en el que surge la duda de si todo el sacrificio merece la pena –comenta la bióloga marina y portavoz de la plataforma Oceánicas, Ana Morillas–. En investigación no hay tantos puestos de trabajo, y la estabilización laboral es difícil. Hay muchas que hemos renunciado, en un sentido u en otro: deja a tus niños pequeños, aunque sea quince días, para una campaña oceanográfica, más los congresos, estancias, cursos... Yo recuerdo que no pude hacer la convocatoria de las oposiciones que me tocaba porque estaba en Palma, embarazada de mi hijo, y no podía volar. Hace poco, una compañera ha estado en el mismo caso y ha podido examinarse por vídeo-conferencia. Todo avanza, pero cuesta mucho...”

"España es un país que está por encima de la media europea en porcentaje femenino de personal investigador (39% frente a apenas el 30%), con un quinto en catedráticas, bastante superior también a la media europea”, comenta la catedrática de Química Inorgánica de la Universidad de Sevilla, Adela Muñoz Sáez. Entre los datos curiosos, países como Alemania (18%) o Austria (23%) cuentan con porcentajes de menos de un cuarto de mujeres estudiando ingeniería o arquitectura. Muñoz Páez –autora de distintos libros de divulgación e involucrada en la obra teatral Científicas, pasado, presente... y futuro– da una explicación: las mujeres cuervo. “Esa era la consideración social en Alemania de las madres que no se dedicaban a criar a sus hijos al 100%, aplicable a las mujeres científicas. Afortunadamente, en Alemania se han dado cuenta de que se están perdiendo mucho talento y hay leyes de discriminación positiva en muchos ámbitos”. Sin embargo, la catedrática apunta que se está experimentando una “regresión en muchos ámbitos, con cuestiones como la crianza del apego y demás. La presión social es bestial. En mi época, la situación de la mujer era dura y había que mejorarla, y ahora tenemos todas estas exigencias y la precariedad laboral, que afecta a todo el mundo. Que una mujer pretenda tener un hijo, con o sin pareja, es un milagro. Como siempre, cada vez que se complican las cosas, paga el eslabón más débil”.

Un hijo claro de esta problemática es, por supuesto, el techo de cristal: “Hace veinte años que el número de licenciadas es el mismo que el de licenciados, pero el de catedráticas está estancado en el 20% –comenta Adela Muñoz Sáez–. Y eso, a pesar de que hay leyes que fuerzan a que haya mujeres, por ejemplo, en los tribunales. Al final, la gente elige lo que ha existido siempre: hombres. Las mujeres llegan a lo alto cuando hay pruebas objetivas anónimas”.

“En la mayoría de las carreras de ciencias –continúa Muñoz Sáez–, la presencia de las mujeres se ha incrementado mucho o es paritaria. Pero sigue bastante estancada la percepción social. Y la presencia las mujeres en premios o en academias es minoritaria”.

En 1997 –recuerda la propia catedrática en el artículo La larga marcha de las científicas– las profesoras suecas Wenneras y Wold publicaron en Nature un estudio que mostraba que, de forma sistemática, el Consejo de Investigación Médica sueco había concedido mejores puntuaciones a los hombres ante trayectorias similares. Horror. Ni el campo científico ni la sociedad escandinava estaban libres de pecado. De ese informe, surgió la primera directriz europea para evitar sesgos de género.

Los referentes femeninos, por lógica histórica, no han sido muchos, pero su ausencia como referentes es abismal. La bióloga marina Sylvia Earle recibió el premio Princesa de Asturias de la Concordia el año pasado por su contribución a la salvaguarda de los océanos. Tiene 83 años: podría haber servido de modelo a cualquiera de las científicas entrevistadas aquí. No lo era. Se animaron a estudiar ciencia por rebeldía, por Cousteau, por Félix Rodríguez de la Fuente, por los documentales de la BBC. Oceánicas surge como un proyecto amparado por el Instituto Español de Oceanografía y del FECYT para paliar esta anemia. Su página cuenta con entrevistas a mujeres relevantes de la Oceanografía actual, perfiles de investigadoras actuales y biografías de “pioneras”. Se pretende también crear una plataforma para que las investigadoras puedan explicar y contar directamente lo que están haciendo: “Hemos ido recopilando las huellas de muchas mujeres luchadoras, sin estudios especializados, que contribuyeron con su interés y curiosidad a la ciencia, aportando información fundamental sobre la clorofila, sobre el cultivo de medusas... –explica Ana Morillas–. Nombres como Jeanne Villepreoux, Marie Tharp o Jimena Quirós, la primera española en participar en una campaña oceanográfica”.
http://www.ditovontease.com/classicool/
Por si esto fuera poco, está el problema del autoconcepto: “Muchísimas veces, en el laboratorio, le das una pipeta a una alumna y se la pasa al compañero –comenta Marta Sendra–. Hay estudios científicos sobre esto. Está la prueba del ejercicio ciego: explicas una lección determinada en una clase y después pones un ejercicio que sabes fehacientemente que, con lo que acabas de explicar, nadie va a saberlo resolver. Pides que te entreguen lo que tengan. La mayor parte de los chicos te entregan algo: apenas hay chicas que lo hagan, y se resisten cuando intentas recoger lo que tienen. Pero luego, quienes se han acercado más a la solución, son las alumnas”.

Para Sendra, esto se debe a un “perfeccionismo excesivo” que puede ser muy peligroso: “Las mujeres tienen, tenemos, un gran miedo al fracaso –continúa–. Nos han inculcado que lo que hacemos es secundario, y a no molestar. No es un asunto nimio: hay un montón de problemas mentales relacionados con la represión y con la ira. Y claro, luego, si te enfadas o lloras, como ya has aguantado un montón, es fácil que digan: menuda histérica”.

“Los chicos no escogen en mayor cantidad el campo científico porque sean mejores: lo hacen porque creen que son mejores”, dice la socióloga Shelley Correll. Para las investigadoras de IEO, la diferencia de sesgo puede ser más cultural y menos de autoestima: “O eso espero –dice Marian Torres–. Creo que más bien piensan que las cosas de ciencias son carreras de chicos, y ni se lo plantean. No computan”.

https://www.diariodecadiz.es/provincia/Mujer-Ciencia_0_1326467605.html