"Ésta es la visión que tenemos de un átomo, ¿verdad? En realidad esta ilustración no está, ni mucho menos, a escala. Imaginemos que el núcleo del átomo fuese del tamaño de una pelota de tenis de mesa. Si la colocásemos en el centro de un gran estadio de fútbol, el electrón sería más pequeño que la punta de un alfiler y daría vueltas alrededor de la última grada. Todo lo demás, porterías, asientos, césped, etcétera, estaría completamente vacío.
Si pudiésemos agrupar todos los átomos que forman la humanidad, los de todos y cada uno de los seres humanos que habitamos el planeta, si juntásemos las partículas que forman esos átomos, quitando el espacio vacío entre ellas, toda la especie humana cabría en un simple terrón de azúcar."
En la mecánica cuántica, el electrón no sigue un solo camino, se sitúa aquí y allí, en una región alrededor del núcleo que se llama la nube electrónica u orbital atómico.
Los orbitales del electrón pueden adoptar diversas formas características dependiendo de la naturaleza del átomo. Esta forma del orbital atómico define el tamaño del átomo.
Así, el diámetro de la nube electrónica alrededor del núcleo, es decir, el diámetro de todo el átomo es del orden de 0,1 nanómetro o una diez mil millonésima parte de un metro. Un átomo es tan pequeño que se podrían alinear 10 millones de átomos en un milímetro.
*Fernández-Vidal, Sonia: Desayuno con partículas. Plaza y Janés. Barcelona. 2013
Bryson, Bill: Una breve historia de casi todo, RBA, Barcelona, 2004
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